¿INTERROGANTES DE VIDA?
JOSELINO SERRANO
Feliz día
mis amigos y hermanos en la fe, hoy quiero compartir con ustedes unas
interrogantes que han salido en medio de un silencio reflexivo, producido por
una sensación de tristeza y emociones encontradas, propias de una situación que
posee un efecto de transversalidad en la vida de cada uno de nosotros. Hay quienes
reúnen características especiales (espirituales) para sobreponerse y avanzar de
manera categórica y determinante y son ellos los que acuñan en sus receptores,
la fortaleza e inspiración de seguir esta dura batalla. Retomando el tema, me
preguntaba lo siguiente:
¿Seré
acaso yo, un buen cristiano?, ¿Seré acaso yo, un buen amigo? ¿Seré
acaso yo, un buen hijo?, ¿Seré acaso yo, un buen esposo?, ¿Seré acaso yo, un
buen padre?, ¿Seré acaso yo, un buen hermano?, ¿Seré acaso yo, un buen yerno?, ¿Seré
acaso yo, un buen cuñado?, ¿Seré acaso yo, un buen ciudadano?, ¿Seré acaso yo,
un buen vecino?, ¿Seré acaso yo, un buen jefe?, ¿Seré acaso yo, un buen compañero
de trabajo? , ¿Seré acaso yo, otras tantas cosas que me podrían definir como un
hombre íntegro, honesto o de bien?
A toda
estas me pregunto ¿Qué debo hacer para dar respuestas a tantas interrogantes?,
solo queda observar nuestro pasado, presente y futuro, ¿Qué tantas cosas
merecen de mis actos un reconocimiento sincero, hacia lo positivo, real y
verdadero? En momentos, nos aferramos a construir en nuestro alrededor una
burbuja blindada con material de una presunta madurez y realidades vividas que
la decretamos como verdades absolutas, cargadas de supuestas veracidades que se
intentan trasmitir como una suerte de recetario de vida, proyectándola a nuestro
entorno. Es preciso hacer un alto en nuestras vidas para indagar el sentido que
esta tiene, por lo general, hablamos más de lo que podemos escuchar, obviando
la necesidad en nuestro receptores de ser escuchado, debemos entender que
muchos vienen a nuestra presencia solo para ser escuchado. Otros tantos
recurren a nosotros para obtener una muestra o gesto de solidaridad, un
caluroso o fuerte abrazo, la mayoría de las personas que en realidad se nos
acercan tienen una carencia que trasciende el aspecto material. Muchas carencia
tienen un origen netamente esencialista o espiritual, cuanto se nos hace difícil
comunicar nuestros problemas originarios a causas de raíces de amarguras y descontroles, producto
de una crianza mal llevada, no se trata de culpar a nuestros padres ellos
hicieron solo lo que sabían hacer y lo hicieron convencido que era la mejor
forma. Habría que preguntarse ¿Cómo son nuestras respuestas ante los S.O.S? y
es aquí donde nuestra Cristiandad, autenticidad y humanidad se pone de
manifiesto, cuanto de nosotros le hemos pedido al Creador ese discernimiento
para entender cuando un familiar o amigo requiere de nuestra presencia desde
una perspectiva esencialista, ya que debemos tener claro que lo material no
representa un factor de determinación para la verdadera felicidad de nuestras
vidas. Que tan grande puede ser nuestro inventario de abrazos y apoyo, a cuanto
le hemos dicho cosas de ondas fortalezas, estrechando las manos en función unánime
de ser hijo de Dios.
Queridos
amigos, este tema deja mucho a la reflexión, pensemos en revisarlo.
Dios
le bendiga, hoy, mañana y siempre.
Joselino Serrano
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