Por
muchos años, nos hemos reído con las travesuras del Chavo, sin embargo, lejos
de lo tonto que puede resultar para muchos, en este personaje hay un mensaje
encriptado que nos habla del valor de vivir en vecindad o comunalmente.
El
elemento que más llama la atención es que al final de cada capitulo se deja por
sentado un sin número de valores entre los que se encuentran la solidaridad, la
humanidad y la fraternidad, entre otros que, sin duda alguna, son ingredientes necesarios
para una comunidad socialista. Se reconoce el concepto de lo comunal como un
elemento primigenio que erigirá las bases de una sociedad que tiene por prioridad
lo colectivo por sobre lo individual. Una visión reconocida ampliamente en los
planteamientos que dibujan el modelo de desarrollo soñado; y llevado a los
hechos de manera progresiva por el Comandante Presidente Hugo Chávez Frías.
Este modelo tiene la fundamentación libertaria y emancipadora que encarnaron grandes
hombres como Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora.
El
enfoque individualista atenta abiertamente contra la corriente humanista y contra el mensaje del siervo de Dios, más aun cuando
aparece el germen de la codicia, elemento este que se antepone a la riqueza material
y aleja al individuo del entorno comunal, porque ¿de qué le sirve la
integración comunitaria si no tiene a quien mostrar sus vanidades? Es claro que
el dinero es solo un medio para adquirir las cosas necesarias para subsistir, más
no un fin que regala felicidad. Debemos entender que mientras más desigualdad
exista más problemas sociales se registrarán, de allí la puesta en operación
del Plan Simón Bolívar; el cual busca un país con más equidad y oportunidades
de desarrollo para sus habitantes, al proporcionar medios jurídicos, educativos
y laborales que permitan una competitividad más justa y un soporte de
asistencia y seguridad integral, que hoy en día son referencias y vitrinas
fuera de nuestra fronteras.
Hoy,
se pueden visualizar unos logros de interés colectivos de nuestro proyecto
socialista. Esos logros están materializados en grandes obras de
infraestructura, reivindicaciones laborales, reconocimiento de deudas sociales,
salud y educación. Y aunque algunos por su irracionalidad frente a la verdad
quieran negarlo, se ha alcanzado el reconocimiento de organizaciones
multinacionales con diferentes índices de desarrollo, incluso superando las
metas del milenio. El presidente de todos los venezolanos no comulga con
egoísmos particulares y tiene claro que el verdadero desarrollo se logrará a
medida que la organización popular posicione su importancia frente a lo
gubernamental.
Esta
revolución es inédita, no cuenta entre su historia territorios de sangre por el
poder, como es común en los registros históricos de otras revoluciones de
nuestro mundo. Por todo esto es necesario profundizar en el árbol de las tres
raíces, esas que, sin duda alguna, nos llevarán a la felicidad plena, para
decirle con orgullo al planeta que en Venezuela se vive para vencer el terror
más grande que han tenido las sociedades modernas “el capitalismo”.
Desde
las comunidades, lo comunal grita a viva voz: INDEPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA.
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